Tren: La estación de tren de Praga se encuentra en pleno centro de la ciudad, cerca del barrio judío, y está conectada con el resto de la misma mediante tranvía y metro. A la estación llegan todos los trenes a Praga desde numerosas ciudades de centro Europa y tiene un horario de apertura de 3.25 de la mañana a 0.35 de la noche.
Bus: Los buses a Praga llegan a la estación de buses se llama Florenc, y también tiene parada de metro. Se encuentra en el corazón de la ciudad. Abre a las 4.00 y cierra a medianoche.
Avión: Los vuelos a Praga aterrizan al aeropuerto de Ruzyne está a 15 kilómetros de la ciudad. Algunas de las compañías que operan vuelos a Praga son Czech Airlines, Ryanair, Lufthansa o Iberia. El trayecto desde Praga al aeropuerto es de entre 15 y 20 minutos con los buses 119 y 100.
Praga tiene un tamaño perfecto para pasear, por lo que no merece la pena el alquiler de coches. Sus servicios de transporte público son muy buenos, y hay incluso algunos servicios nocturnos. El metro llega a casi todos los lugares interesantes, mientras que el tranvía y los buses cubren la práctica totalidad de la ciudad. También hay un funicular, que lleva a la cima del monte Petrin. Se trata de una zona verde de grandes dimensiones, desde la que se tiene unas privilegiadas vistas de la ciudad.
Praga es la capital de la República Checa y de la región de Bohemia, la ciudad más poblada del país y la número 14 en el ránking de ciudades más grandes de la Unión Europea. Es una de las ciudades más turísticas del continente europeo, y de hecho está considerada como “la París del este”. Viajar a Praga es sumergirse en un cuento de hadas, la capital checa, también es conocida como "La ciudad de las mil torres", cuenta con un casco antiguo que conserva intacto el encanto de sus calles adoquinadas y sus edificios señoriales. Praga es también una de las capitales europeas de la música, que es uno de los encantos que se suman al turismo de arte y cultura.
La llamada “París del este” recibe unos 20 millones de turistas al año, y es fácil encontrar las razones: su convulsa e interesante historia, sus calles con suelo de adoquín, su arquitectura romántica y art nouveau, sus impresionantes museos y su castillo, por mencionar algunas de las atracciones más visitadas de la capital checa.
Al acercarse el final de la temporada de verano, las masas de turistas en la ciudad se irán reduciendo, así que será el mejor momento para visitarla. Algunos piensan que Praga es tan turística, que se ha vuelto una ciudad artificial. Ésto puede parecer verdad a primera vista, si nos basamos en la cantidad de tiendas de souvenirs horteras y los tours en segway que se ofrecen en el centro; pero es injusto creer que Praga es una víctima de su propio éxito.
Si le das una oportunidad y sabes dónde buscar, Praga sigue conservando su autenticidad y encanto. Aquí te mostramos algunas opciones para descubrirla.
Qué saber: La zona de interés para el viajero queda dentro de las tres líneas de metro de la ciudad, que son la mejor opción para moverse de un punto a otro. También cuenta con buses y tranvías urbanos.
Qué no perderse: El teatro negro de Praga es una manifestación artística propia y única de la ciudad. Aunque hoy en día este tipo de teatro se puede ver en muchas partes, en la ciudad es donde nació y donde mayor número de obras se pueden ver.
Qué hacer: Una visita a Praga ha de comenzar con la visita de la Plaza de la Ciudad Vieja, alrededor de la cual se encuentran algunos de los puntos de mayor interés, como el Ayuntamiento y su famoso reloj astrológico.
¿Lo sabías?: Los pasajes de metro y tranvía permiten ser usados durante 20 minutos. Se puede comprar un pasaje con viajes ilimitados para un día, y también abonos de fin de semana.